lunes, 27 de febrero de 2012

Entresábanas



Las cortinas ondeaban al viento y en la habitación no existía el tiempo,

Pero entre las sábanas se bailaba a ritmo de tortuga. Dedos de dos ruedas viajaban por el continente de su ser, dibujando las orillas que las separaba del mar de algodón, con aquellas olas de tela.

Las cortinas ondeaban al viento y en la habitación no existía el tiempo,

Pero entre las sábanas la tortuga corría. Los dedos curiosamente se quitaban la camiseta en los puertos de montaña. Allí en lo más alto no existía el frio, pero si costaba respirar.

Las cortinas ondeaban al viento y en la habitación no existía el tiempo,

Pero entre las sábanas la pantera comía tortuga. Los dedos sudorosos se deshacían en aquel pequeño bosque brasileño. Allí los cocos se veían altos y jugosos, y el suelo temblaba.

Las cortinas ondeaban al viento y en la habitación no existía el tiempo,

Pero entre las sábanas la pantera alcanzaba la luz. Los dedos habían desaparecido, ahora buceaban. No se habían podido resistir a aquel oasis de éxtasis.

El apocalipsis comenzaba, los temblores y escalofríos atormentaban a aquella tierra suave que chillaba como una diosa enfurecida que iba y venía.

Parecía el fin de mundo, pero en aquélla nube pomposa de cuatro patas, el Olimpo comenzó su creación divina.

Zopenko Smith

lunes, 20 de febrero de 2012

Gota a Gota



Una gota tras otra retumba en mi cabeza proveniente del piso de arriba. Una cámara me está grabando como pierdo la vida poco a poco, o eso cree el que me capturó, porque si me hubiera querido matar gota a gota, me habría tenido que afeitar y sujetar bien la cabeza, cosa que no ha hecho. Pero lo que más temo es la grieta del techo por donde cae el agua, parece que poco a poco se vaya haciendo más grande. En esta hora que llevo despierto, parece que haya crecido unos centímetros, tiene pinta de que cada vez crecerá más rápido.

El tío este parece tan predecible, aún me veo paseando por la calle, en uno de mis paseos nocturnos habituales, y como torpemente un hombre me golpea en la cabeza con un bate, si, el mismo que reposa apoyado en la pared de al lado de la mesa del comedor. Me habrá arrastrado hasta aquí, me habrá sentado y se me ha puesto a grabarme, seguro que se masturbara viendo como muero, o eso creerá porque yo no voy a morir, al menos hoy.

Me ha atado fuertemente, no puedo escapar. Comienzo a pensar que moriré aquí, sin poder besar a mi mujer por última vez o abrazar a mi hijo con todas mis fuerzas…

El suelo bajo mis pies se derrumbó y caí. Tirado en el suelo, solo pude ver sangre que provenía del cuerpo que yacía bajo la silla, y un monitor en el que se veía una habitación vacía con un agujero en el suelo. Un montón de gente muda me observaba, un cartel que ponía “The Saw Smile” reinaba el comedor, y mi hijo se dirigió al cuerpo inerte bajo la silla, diciendo “Mamá, mamá”. Entonces una gota volvió a caer sobre mi cabeza.

Zopenko Smith

certamen microrrelatos ventadepisos.com

domingo, 12 de febrero de 2012

¡Que me Parta un Rayo!



Que me parta un rayo, a ver si así consigo tener poderes, y de entre todos ellos poder tener el de matar de risa. Me imagino siendo un payaso diabólico con una sonrisa estridente y miles de caras alrededor mío vestidas de horror y miedo, entre carcajadas crueles y despiadadas. Hasta conseguir que sus muecas les hicieran sangrar en la piel, hasta que sus risas les dejaran sin respiración, hasta que sus ojos sobresalieran de sus orbitas para hacer puenting por encima de sus narices.

Pero está claro que si me parte un rayo no me dará poderes ni nada por el estilo, vamos como si estuviéramos en una serie británica dirigida por Tom Green. En todo caso, si me parte un rayo me electrocutaría del poder del rayo y me podría ir saltando por la ciudad, eligiendo entre hacer el bien y hacer el mal, con bombas de electricidad, y chutándome con líneas de alta tensión para poder agrandar mi poder.

Pero está claro que si me parte un rayo no me dará poderes electrocutantes, vamos como si estuviéramos en un videojuego de Sony y yo fuera el monigote que cualquier desconocido pudiera manejar a su antojo. Que me parta un rayo si me pasa alguna de esas cosas, y que mi ser se divida en dos partes iguales de mi, para poder hacer doblemente el bien allá donde vaya… pero que horror, como si no tuviera suficiente con entenderme a mí mismo, como para intentar entender a otro como yo, que en realidad es como si fuera parte de mi, pero que no soy yo, aunque lo fui… da igual, en todo caso si un rayo me atravesase, ni tendré poderes raros ni eléctricos ni me dividiré … pero … y si …

Zopenko Smith 

domingo, 5 de febrero de 2012

Palomitas



Entre palomitas de besos y abrazos, versos y trazos luchan por los oscars de entre tu pelo. La arena cristalizada me mira en 3D, yo me congelo, pero aun sin verte te veo en blueray. En silencio me desespero y con tu calor me reinicio, mofletes de bebé...llenos, grano de maíz…en cueros.

Zopenko Smith