martes, 2 de diciembre de 2014

Volveré a soñar pero sin manos


Es cuando tu alma acaricia la mía, cuando te diría todo el tiempo que he pensado en ti. Tú sonríes. Yo tiemblo, no quepo en mí, soy feliz. Si tú supieras las veces que he soñado en este ahora, en esta mirada, en esta sonrisa, en este momento. No te extrañaría que me desmaye, que tiemble, que te dijera palabras inentendibles que tú entendieras por tonterías.

Me tienes aquí delante nervioso con la sonrisa de un niño como bandera mientras disfrutas como me deshago. Te acercas. Con esas manos suaves y graciosas acunas mi cara con suma delicadeza para deleitarte de cerca, para calmarme con tu fuego.

Es en ese momento cuando todo se agita. Todo se acelera. Nuestros labios se tornan salvajes queriéndose cazar el uno al otro. Mis manos se sumergen en las olas espumosas de tu mar embravecido y nadan buscando tierra prometida. “Savia bianca e pura”* sobre sale de mis manos que bajan a la costa a esconderse.

Tu mirada me mata. Tus zafiros se infiltran en mí y me destruyen. Tu cuerpo se vuelve fuego y yo exploto.


Mi respiración entrecortada me delata. En la oscuridad el humo se desvanece. El fresco de la calle inunda la habitación. Poco a poco el sueño me vence y sonrío. Volveré a soñar pero sin manos.

*Arena blanca y pura

Zopenko Smith '14

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